Los operadores de distribución que venden tiendas físicas y luego continúan operando en régimen de arrendamiento se han convertido en una fuente de liquidez casi inmediata para estas empresas.
Un buen ejemplo es la franquicia Carrefour España, que en los últimos dos años ha convertido los llamados sale-and-leasebacks, como se denomina a este tipo de negocios en la jerga inmobiliaria, en un vehículo común de financiación.
El minorista francés ha amasado casi 300 millones de euros en los dos últimos años vendiendo sus hipermercados y supermercados españoles a grupos inmobiliarios.
Así se describe en las cuentas globales consolidadas del grupo publicadas en Francia, que reflejan operaciones que cerraron hace unos meses. La última vez fue en diciembre.
Esto incluye la cesión de un total de 8 tiendas, 3 hipermercados y 5 supermercados a una «empresa inmobiliaria» por 40 millones de euros.