«El autoempleo no es la panacea de todos los males, puede ser una pesadilla»

Jorge González Arango (Gijón, 1978) acaba de ser elegido presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE). Socio director de Recruitment Solutions, alerta de la proliferación de empresas no viables que pueden suponer un «suicido» para el emprendedor. Reniega del ‘café para todos’ e insta a los jóvenes a cruzar la barrera de Pajares para buscarse la vida. «Asturias está muy bien y va a seguir aquí cuando volvamos».

Buena parte de la nueva junta directiva formaba parte del equipo de Pablo Justel. ¿Es una directiva continuista?

Se puede pensar que es una junta continuista, porque la mitad de los miembros venimos de la anterior junta. Sin embargo, con todos mis respetos a Pablo Justel, creo que tenemos que dinamizar mucho más la asociación, porque teníamos un enfoque un poco clásico y somos jóvenes y luchadores. Hay que plantear las cosas de una forma más ágil y dinámica.

También anunció que centrarán sus esfuerzos en la búsqueda de financiación alternativa.

Durante la época anterior nos hemos preocupado por una financiación un poco más tradicional y convencional, y ahora queremos ir precisamente a lo contrario: alejarnos del mundo bancario por las trabas y requisitos que tiene, y que hacen complejo mantener la viabilidad del crédito, e ir hacia un modelo mucho más moderno: la financiación participativa por parte de los inversores.

¿Tan difícil está la financiación tradicional para los jóvenes empresarios?

Está muy cara. El crédito está congelado y el que no lo tiene congelado tiene que pagar unos peajes muy altos. El acceso al crédito pasa por unos avales muy grandes y unos tipos de interés altísimos, y hay quien no está dispuesto a pagar esos peajes y otros que directamente no pueden.

¿A qué otros problemas se enfrentan los jóvenes empresarios?

El autoempleo está siendo una solución para algunos, pero un clavo ardiendo para otros. La gente se encuentra con un despido, una indemnización, y quiere capitalizarla y montar un negocio porque es la manera, desde mi punto de vista, más útil para ser autosuficiente. El problema es que muchos de estos proyectos tienen carencias y nos habíamos acostumbrado a que hubiera líneas de ayuda a la financiación para todos, y eso era un coladero de dinero. Parte de nuestra labor era asesorar a los emprendedores que entran por la puerta y habrá muchos a los que tendremos que decir que no porque sus proyectos sean una locura, un suicidio. Intentaremos que no se vea el autoempleo como la panacea de todos los males porque puede ser una pesadilla.

¿Cómo conseguirlo?

Tenemos un proyecto para que AJE haga de fondo participativo y canalice inversiones de un ‘pool’ de empresas con las que ya estamos hablando, de forma que la asociación coordine de algún modo estos fondos junto a representantes de esos inversores. Y en el caso de que entendamos que la empresa no sea viable, impediremos que el emprendedor reciba ese dinero, porque luego será un lastre.

También la Administración pública ha empezado a cerrar el grifo en las ayudas…

Gracias a Dios todos nos hemos dado cuenta de que el chorreo de subvenciones sin aval, ni planteamiento, ni estudio de negocio, que en parte se estaba dando hasta hace bien poco, no hace falta remontarse a 2006, fue un error. Una inversión de 50.000 euros en una empresa que tiene una viabilidad de seis meses es tirar el dinero y a esa persona le generas una deuda con esos créditos, que hay que devolverlos porque lógicamente no son a fondo perdido. Lo que esperamos de la Administración no es que gaste menos, sino que sus ayudas para el autoempleo estén más conducidas. No hacer ‘café para todos’, estudiar cada caso y plantearse lo que realmente necesita cada empresa. Nosotros nos queremos enfocar más no tanto a la creación de empresas, sino a la consolidación.

¿Lo tienen fácil los jóvenes para emprender en Asturias?

Asturias es una región que todavía vive dependiente de la administración, del funcionario, de la empresa pública. Nuestros jóvenes recién titulados siguen queriendo ser funcionarios. El mayor lastre que tenemos los asturianos para dar el paso somos nosotros mismos. Pretendemos que la Administración sea la mano de Dios y que nos solucione la vida. Y eso es un error de base. Las empresas son las que generan empleo y riqueza.

¿No tiene Asturias una cultura emprendedora?

En absoluto. Aunque estamos viendo un número creciente de asociados en los últimos años, somos conscientes de que parte de ese crecimiento se debe a la crisis. En una época de bonanza, esto no sería así. La gente lo está haciendo porque es una salida y ahora parece que todo el mundo sabe llevar una empresa y montar un bar, cuando en absoluto es fácil. Eso sí, esto contrasta con que AJE Asturias fue una de las primeras en crearse en España y es en la actualidad una de las más grandes de España.

Quizá porque sí tenemos cultura de asociacionismo.

Es cierto. El problema es que muchas veces nos asociamos para quejarnos, en lugar de para aportar. Me gustaría que la gente que se queja dijera ‘esto no me gusta y creo que habría que hacer esto otro’, pero nos quedamos siempre en la primera parte. La queja es gratuita. Lo importante es saber aportar decisiones y alternativas. No nos quedemos en la queja.

Los asturianos nos quejamos porque tenemos que marcharnos fuera para buscar trabajo…

Soy consciente, pero no entiendo por qué nos quejamos. Nos hemos acomodado. Si no vamos a ir a por él, el trabajo no va a venir a nosotros. Me encantaría que rompiéramos la barrera del Huerna, de irnos de Asturias, porque Asturias está muy bien y va a seguir aquí cuando volvamos.

¿Anima a los jóvenes a marcharse?

Animo a que se busquen la vida. Ojalá fuera en Asturias, pero la realidad me está demostrando que no hay capacidad de contratación en Asturias para todo el mundo.

¿Qué le parecen las últimas medidas fiscales?

A priori es una buena noticia porque nos va a reducir la carga fiscal, pero tenemos que ver la letra pequeña, no nos vaya a pasar como con el IVA de caja que, si bien iba a permitir que las empresas no tuvieran que declarar el IVA de una factura no cobrada, luego era más complicado darse de alta en el procedimiento que mantener el modelo que había anteriormente. Las medidas tienen que medirse cuando se aplican, y no cuando se anuncian.

Hacienda realiz una campaña antifraude. ¿Es un problema grave?

Es un problema gravísimo, pero creo que es un problema de base. Que un gobierno, del color que sea, haga ese anuncio, es como si el Instituto Nacional de Meteorología nos dice que el agua moja. Eso ya lo sabemos. Lo que necesitamos es ejemplo.

AJE había solicitado mayor presencia en la directiva de Fade.

Fue una reivindicación de la anterior directiva. Nosotros queremos que cuenten con nosotros porque tenemos mucho que aportar, pero no reclamamos ni mayor participación en la junta directiva ni mayor presencia en el comité ejecutivo. No nos interesan esas cosas. Tener una silla o no, ni nos preocupa, ni nos interesa. Nos interesa aportar, no estar.

Via: elcomercio.es

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